Desde el inicio, la persona con discapacidad es protagonista activa de su proceso. Junto a su familia y el profesional de referencia, se establecen objetivos realistas y alcanzables, definidos a partir de una evaluación inicial mediante encuestas y pruebas de valoración del nivel de autonomía.

El objetivo principal es fomentar la máxima independencia posible, acompañando a la persona en su entorno más natural: su propio hogar y su comunidad.
Las sesiones, de frecuencia semanal, se adaptan en duración y contenidos según las metas fijadas, garantizando una intervención flexible y personalizada.

Durante el proceso se trabajan múltiples áreas del día a día:

• Autonomía doméstica: realización de tareas del hogar, limpieza, cocina, organización y mantenimiento del espacio.

• Gestión personal: planificación del tiempo, uso del dinero, desplazamientos por la calle y en transporte público.

• Competencias emocionales: manejo de emociones, toma de decisiones, resolución de conflictos y autoestima.

Además, el programa incluye dos líneas grupales complementarias:

• Formación laboral, donde se abordan temas como derechos y deberes de los trabajadores, seguridad en el empleo, elaboración de currículums, cartas de presentación y simulación de entrevistas.

• Laborterapia, un espacio práctico en el que los participantes elaboran materiales para la tienda solidaria de la asociación. Más allá de recaudar fondos, el objetivo es fomentar la responsabilidad, la planificación de tareas, el cálculo de costes y el trabajo en equipo.

Todo el proceso se lleva a cabo de la mano de las familias, asegurando una intervención coherente y coordinada, donde todos los esfuerzos se dirigen hacia un mismo fin: potenciar la autonomía y la autodeterminación de la persona.